Un hasta luego…
La vida es tan corta y
debemos aprovecharla, es como el
amanecer que anuncia un nuevo día, ya sea con el nacimiento del astro sol, el
trinar de los pájaros, el sonido del reloj despertador. Así como avanza el día
al pasar las horas, llega la noche, también alegre, pero su lobreguez se nota
un poco triste, eso es el tiempo.
De igual manera o casi
parecido es el hombre, claro, un poco cansado al despertar y al transcurrir el
día pensando en las obligaciones agitadas y compromisos desarrollados; al
llegar la tarde pensar en retornar a su hogar y compartir con sus seres
queridos; todo esto define a la “vida”.
La vida se inicia al
nacer y formar parte de la sociedad familiar, con el transcurrir del tiempo
compartes con todos de tu entorno, vives tu niñez, adolescencia, juventud y por
qué no decirlo la vejez, o un poco más tierno: la adultez, ya que el hombre o
todo ser vivo empieza a envejecer desde que nace.
Habiendo empezado como
amigo de barrio, de campamento, de colegio, o también compartiendo escenas de
alegría, de tristeza, etc. etc. y todo esto acaba en un momento menos pensado o
cuando la “salud” golpea la puerta y le permitimos ingresar, sin antes haber
previsto su visita; bueno, pero el invitado ya se encuentra adentro y a veces no
quiere salir hasta que se vayan juntos.
Ayer le tocó irse a un
amigo más, quizá en su mejor etapa de la vida, pero cayó esta lobreguez a su
familia antes de culminar el día. Es una pena ver a todos sufrir por un ser que
nos deja y mucho más penoso es sufrir juntos y luchar contra la arremetida de
este “visitante” que, como elemento ajeno actúa muy adverso a nuestra vida.
Mi estimado amigo MARCO
ANTONIO GALLARDAY AMPUDIA “Chicho” te tocó partir y claro que dejas un gran
vacío en tu entorno familiar y amical. Q.E.P.D.
Lima, 01 de octubre del 2016
Tu amigo MC.
¡ADIOS MARCO !
Siento un dolor en el alma, acabo
de enterarme del fallecimiento de mi tío MARCO ANTONIO GALLARDAY AMPUDIA. Es
imposible no sentirse triste, porque tu ausencia duele, tus recuerdos están
presente a cada instante, porque queremos escucharte una vez más.
Nos cuesta aceptar que te has ido
para siempre, queremos creer que es un sueño o una terrible pesadilla, queremos
despertar mañana y saber que aún estas entre nosotros con tu sonrisa, con tu
elegancia; pero no es cierto, te marchaste.
Te bajaste del tren de la vida y
volaste al cielo, porque extrañabas los besos en la frente que te daba Alonso;
porque como tú lo dijiste en aquel poema se fueron con Dios para soñar a su
lado. Nos quedamos con tu ejemplo de
hombre, de amigo, de padre, con tu inspiración de rectitud y fuerza que
seguiremos quienes tuvimos la suerte de conocerte.
Solo te pido que desde allá
arriba les mandes consuelo a tu madre y a quiénes te quisieron tanto, siempre
te recordaremos MARCO GALLARDAY AMPUDIA.
Hasta pronto Chicho.
Quiero expresar mis condolencias
a mi tía Luisa madre de mi tío Marco, a su esposa, a cada uno de sus hermanos,
a sus hijos, sobrinos y de más familiares.
Rolando Húbner Marcos Picón