JOSE GONZALO CORDOVA BARRENECHEA
(Q.E.P.D)
Cuando un
huallanquino se va
Amaneció en silencio parecía que
todo el pueblo no quería despertar, porque no querían enterarse de tu partida; el
cielo serrano que tanto amaste, también llora por ti. Son las seis de la mañana
y parece que se negara amanecer; el altar de la Virgencita del Carmen, a quién
todos los días le prendías una vela, está a oscuras, y se nota en su rostro el
dolor por un hijo. Se nos fue don JOSE CORDOVA BARRENECHEA; intempestivamente
el destino nos arrebató, y en todas
partes oíamos: Por qué se van tan pronto la gente buena, los que no deberían
irse; eso no lo entendemos.
Todavía no podemos asimilar tu
partida y no sabemos vivir sin ti; y viene a nuestra mente recuerdos bonitos, y
nos duele porque te llevas contigo, tu humildad, tu saludo con esa sonrisa
caballerosa, tu gran devoción por la Virgencita de Carmen. Se va contigo el
sueño de un Huallanca más justo; diste la mano y la protección a todos los que
se acercaban a ti, por eso nos duele tanto, y tu pueblo llora incansablemente
sin poder creer que ya no estas.
Te vas con muchos sueños
inconclusos, proyectos que quedaron en espera; perdemos a un hombre honesto,
sincero, estricto, y caballero; pero todos sabemos que no partiste para siempre.
Estas con nosotros, con tu pueblo, por eso, en vez de decir un adiós, decimos, sólo
hasta luego amigo.